domingo, 12 de junio de 2011

Regeneración

Guardé los restos más pequeños de los minutos
que no aprendieron a quedarse quietos,
y envolví, con su fragilidad, tus colores de poniente...

… y te pensé, en presencia de tu ausencia,
con las mismas palabras que crecieron
en las horas disidentes de los relojes,
esas hermosas discrepancias temporales
que no tenían el sentido de las agujas del reloj,
y que podían desdoblarse, o volverse pequeñas,
palabras que eran incapaces de guardar silencio
frente a la palidez de un papel a la espera…

…y te recité, rodeado de vacíos implacables,
y volvieron a brotar las rayas de arena
que le daban forma a tus huellas,
y regresaron los designios del calor
hasta las ramificaciones del frío, en mis venas,
y pude imaginar los caminos, de cal y de cielo,
que llevaban al país prometido de tus caderas…

… y volví a desechar los dictados
de la semántica de fonética contraria,
por qué la lejanía, cuando suenas tan cerca,
o para qué mi tacto, si no llega hasta tus pechos,
cuál es la causa de esta incoherencia de frontera,
cuál es el motivo de esta indecencia,
empeñada en proclamar su verbo contra
la honestidad primigenia de la piel,
como si fuese una jerga de condenas sin clemencia,
y tú, adictiva ciencia de paciencia infusa,
sigues dejándome tu silueta felina
sobre los tejados durmientes que paseo sin fin.


“Regeneración”
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

4 comentarios:

Álvaro dijo...

MI estimado amigo poeta, volvemos a sus poemas redondos de versos redondos, que usted encuadra como "pokitos" pueden hacerlo.
Mi amistad y admiración.

Carmen A. dijo...

Qué hermosura de poema, Chus. Cuentas las cosas de una manera, me uno a las palabras de don Álvaro (es un lujo poder decir esto), creo que te desbordas en los estilos, no practicas ninguno en concreto, pero regalas destellos magistrales de todos ellos. Y esto lo dice nada nás y nada menos que don Álvaro, porque mira que le gusta hablar bien de ti por los cafés de "tu Madriz".
Un beso.

Ángela dijo...

Un ejercicio de la belleza llevado más lejos de ella, hasta lo incomprensiblemente hermoso. Es obvio que ni queriendo podrás de ser poeta, Chus.
Besos

Ángela dijo...

"Es obvio que ni queriendo podrás dejar de ser poeta, Chus"

Eso es lo que quise decir.