viernes, 4 de marzo de 2011

Equidistancias

Siento brotar la urgencia del verbo
que se provoca dentro del silencio,
intento darle sentido a ese sonido
que nos traduce los pensamientos,
y éste crece sin reparo,
aprovechando la ausencia imprevista
de la que hace gala la prudencia del pudor.

El tiempo, y su obediencia,
se amoldan a las necesidades del espacio
que me rodea por los cuatro costados,
en este mundo, de aspecto tangente,
resulta increíble creer en la existencia
de un solo dios para tantos credos,
todo lo que encuentro va más allá
de la simple explicación cotidiana,
y sin embargo, noto la inquietante cercanía
de los micro-universos que atravieso,
y los observo, sin formar parte de ellos,
como si soñase con poder soñarlos,
y dejo que me atrapen las horas
que no tienen una esfera a la que ir.

Respiro la paciencia del miedo,
está a la espera de la espera,
concienzudamente callado
tras los guiones que le dan la espalda,
parece una mota de fuego eterno,
una condena a la eternidad de la pena,
y huyo de los tópicos a oscuras,
y de las dudas que se amontonan
al otro lado de las puertas,
no quiero ver el rostro de la muerte
antes de que me sonría la vida,
y escucho llegar una balada,
inconscientemente,
mientras la conciencia se ocupa
en desocuparse cerca de un punto final.


"Equidistancias"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Me encanta!

Besos clandestinos desde el sur.

Sara dijo...

Es curioso el modo que tiene tu poesía de cambiar el tiempo. Este mismo poema ayer me gustó, hoy me ha entusiasmado encontrar nuevos caminos para leerlo, caminos que escondes en tus letras para que los demás los podamos encontrar.
Un gustazo, Chus.
Besos desde el norte :p

bajamar dijo...

uste escribe con una tinta extraña, que atrapa y recrea...su casa es como que siempre está ahí abierta,
eso se agradece, precioso texto

saludos sureños